Pues esa es la situación presente de la Cosmología, desde que a finales de los años noventa y a lo largo de la década de los dos mil (que mal sigue sonando;) los científicos encontraran indicios suficientes para pasar de hablar de un Universo que se va frenando a uno que va cada vez más rápido, aún no se sabe muy bien por qué, y que va hacia sabe Dios dónde. Si creías que con lo del Big Bang ya estaba todo inventado y explicado, esto, por muy mal escrito que pueda estar;), te interesa.
A base de ¡pums!
El Universo es ese palabro que engloba a nuestro terruño llamado planeta Tierra, su luna, su sol, sus planetas compañeros en el sistema solar, nuestra galaxia y todas las demás y aún más allá, lo que se dice el todo, nada menos. Hasta no hace mucho se creía que, actualmente, ese Universo se iba frenando poco a poco desde que hace unos 10.000 o 15.000 millones de años se produjo la gran explosión, el "Big Bang",que lo parió;)
El modelo era más o menos este: Un gran ¡pum! inicial en el momento en el que el Universo se encontraba comprimido en un pequeño punto más pequeño que una cabeza de alfiler. Desde ahí, fruto de esa explosión de la leche, todo el material del que luego se formarían las galaxias, estrellas, los planetas y tú mismo, salió despedido, ya te puedes imaginar, cagando leches, con perdón.
Esa idea de un Universo que surgió en un momento dado y en expansión se mantiene como válida a día de hoy, momento en que la expansión fruto de la explosión inicial sigue alejando a todas las cosas, galaxias, planetas y demás de aquel centro común donde un día hace mucho estaba aquella pequeña cabeza de alfiler que hizo ¡capún! ¿Un recurridísimo ejemplo? Pues algo parecido a cuando tiras una piedra a un estanque y el impacto contra la superficie del agua provoca una serie de ondas concéntricas al punto de caída. Estas se van alejando poco a poco del centro, perdiéndose luego en la inmensidad (o no;) del estanque.
Vale. Ya tenemos montado en nuestro colondro un modelo de Universo que se va expandiendo, haciendo más grande su espacio y alejándose, por ende, las cosas unas de otras y todas de aquel centro común. He aquí el meollo del asunto:
Hasta no hace mucho, (unos diez años) se daba por hecho que, claro, al principio del gran ¡pun! inicial (el Big Bang, la explosión, que no se nos vaya;) las cosas se alejaban unas de otras y del centro pues muy rápido. Pero claro, según iba pasando el tiempo (¡y pasaron casi 15.000 millones de años!) pues la cosa iba perdiendo fuerza y se iba ralentizando. Las cosas, galaxias, etc. se seguían alejando pero a menor velocidad que al principio. Parece que eso puede encajar en la lógica de andar por casa.
Para dar una vuelta más y ser más precisos (o tiquismiquis, a según;) se pensó que, claro, la gravedad (esa fuerza que hace que caigan las manzanas y que la Tierra gire alrededor del Sol) de las propias galaxias, estrellas, planetas y demás, al atraerse todos estos objetos cósmicos o cuerpos entre sí, iba a ir ir frenando todo.
Pisando el acelerador
Así estábamos todos, la mar de contentos con un Universo que se iba frenando y que era el modelo del que, seguramente, habías oído hablar y que aún figura en muchos de los libros sobre el asunto. Y un buen día nos dicen que nanai;) Pos si. El Universo no es sólo que no se frene sino que va y ¡se acelera!
Sucesivas observaciones de cuerpos cósmicos muy distantes (y muy antiguos, por eso de que ver atrás es ver pasado;) arrojaron esta nueva concepción más difícil, si cabe, de encajar, al menos por ahora.
Según parece, el Universo habría nacido, sí, con aquel Big Bang inicial y, durante unos primeros millones de años, su expansión se habría ido ralentizando o desacelerando para que, llegados a un punto que podría situarse hace unos cinco mil millones de años, comenzase a acelerar: A cada segundo, nos alejamos más y más rápido de aquel punto inicial y todos los cuerpos se alejan unos de otros cada vez más rápido.
¿Y el carburante?
Y aquí está ahora una de las preguntas del millón: Para mantener una aceleración tiene que haber algo que la sostenga, una fuente de energía. Cuando pisas el acelerador del coche, éste gana velocidad porque entra más carburante al motor. ¿Cuál es y dónde está el carburante que alimenta esta, hasta ahora, indetectada aceleración?
Actualmente la comunidad científica no tiene una única respuesta a esto, lo que equivale a decir que no está nada claro el asunto;) La hipótesis que cobra más fuerza es la de que existe una energía que, como nadie la ha visto ni detectado jamás, se conoce como energía oscura.
La energía oscura actuaría de manera repulsiva, es decir, sería contraria a la de la gravedad, que es atractiva: La primera de ellas separa y la segunda junta. Como son opuestas, si fueran iguales sus efectos también se igualarían y no pasaría nada de nada, habría un empate entre ambas: Como si situaras a dos tipos de igual fuerza tirando a un lado y otro de una cuerda: No se moverían porque ejercen la misma fuerza.
Ya te imaginas que si uno de los tipos que tira de la cuerda es más fuerte que el otro, vencería al anterior y se desplazarían hacia donde el fuerte está tirando. Lo mismo ocurre con estas dos fuerzas: Gravedad y energía oscura. Lo más sorprendente es que la gravedad la notamos todos los días, el hecho de que estés pegado al suelo, pero la que va ganando la partida, si existe, ha de ser la otra, la oscura, porque lo que sabemos es que el universo se acelera: La fuerza repulsiva es mayor.
Vale, lo tienes. Pero hay más cosas chulas, ya verás;) Por ejemplo, ¿qué implica todo el rollo anterior? Como ya sabes, para que la energía oscura pueda superar a la gravedad, ha de estar en mucha, pero mucha mucha cantidad en el Universo. Pues las estimaciones sobre este mundo de supuestos fijan que el Universo estaría, mayoritaria y paradójicamente, compuesto o formado por esa energía indetectable: Habría cerca de un 30% de materia con gravedad (a su vez formada, mayoritariamente, por una también hipotética materia oscura) y un 70% de energía oscura, presente en el, entonces, mal llamado “vacío”.
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Composición que, se estima, tendría el Universo |
A pensar una muerte para el Universo: Hacia sabe Dios dónde
Ya hemos hablado del “Big Crunch”, aunque claro, la historia esta de que el Universo se acelera, resta posibilidades a que un día se frene y meta la marcha atrás para volver a implosionar en el punto de origen.
Así que, de entre la buena suma de teorías posibles sobre el fin del Universo, aquí voy a poner una de las más aceptadas si todo esto de la energía oscura resulta verdad y la aceleración no se detiene jamás.
Con el nombre de “Big Rip” (gran desgarramiento), lo que se propone es una deducción lógica de lo que podría ocurrir si el Universo se expande por siempre y cada vez más rápido: Cada vez todo estaría más lejos de todo. Al principio las galaxias se alejarían unas de otras hasta hacerse invisibles unas de otras. Luego los sistemas solares se alejarían, luego se romperían las órbitas entre planetas y estrellas… todo se seguiría alejando. Se terminarían alejando los propios átomos (esas pequeñas piezas que forman cualquier cosa) unos de otros y el Universo sería una sopa oscura de trozos microscópicos alejados… Así hasta que los propios átomos y las partículas más diminutas que los forman también se separarían y se disgregarían y así, hasta el infinito, impidiendo la formación de cualquier cosa.
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