Partenogénesis, o cómo las gallinas sobrevivirían a la extinción de los gallos

Pues sí. Si los gallos se extinguieran hoy, las gallinas podrían salir adelante;) No los necesitan, forzosamente, para poder procrear y mantener la prole porque son aves capaces de reproducirse, en casos excepcionales, por partenogénesis: Literalmente, la reproducción de las vírgenes, una curiosa forma de engendrar individuos diferentes, hijos verdaderos y no clones, sin la participación del padre;)

Es más: Hay especies como las abejas en las que la participación o no del macho en la procreación determina el sexo de los vástagos. Si quieres saber cómo leches es posible esto, este es tu post;)

La partenogénesis es una forma de reproducción rara y excepcional, pero real, en algunas aves, significativa en reptiles o peces y bastante frecuente en otras especies, como las abejas. El meollo del asunto es la posibilidad de que un huevo pueda salir adelante sin la fecundación del macho, esto es, las féminas se bastan solitas para crear descendencia;)


Pero, ¿cómo?

Bueno, un huevo puede salir adelante, comenzar el desarrollo embrionario y originar el nacimiento de un individuo, sin aporte genético alguno del padre. La clave del asunto, lo difícil, es que se inicie la división celular que dará lugar al desarrollo del nuevo individuo, la "activación" del huevo. Para iniciar este desarrollo son necesarios agentes externos, bien ambientales (calor, por ejemplo), químicos o eléctricos (tormentas) que causen la división inicial de la célula embrionaria. Esta división puede producirse, básicamente, de dos formas.

Una de las más interesantes (abejas, muchos insectos, reptiles o aves, por ejemplo),  es la que se desarrolla por división meiótica, esto es, una duplicación y recombinación del material genético de la célula matriz que da lugar a individuos distintos a la madre. Se contrapone a la división por mitosis, en la que no hay recombinación de material genético sino que simplemente se produce una copia exacta de la célula original o madre, originando una descendencia clónica.


Las hembras de aves como las gallinas o los pavos americanos ponen huevos con regularidad, que pueden o no estar fecundados por el gallo. En la mayoría de los casos, saldrán adelante sólo los huevos fecundados pero, excepcionalmente, una gallina que entre en fase de incubación y empiece a calentar los huevos puestos puede sacar adelante descendencia por partenogénesis, sin haber sido fecundada. "Solo" necesita las condiciones necesarias para desencadenar la primera división celular en el interior del huevo.

En la gran mayoría de los casos estudiados, las aves engendradas por partenogénesis suelen acabar en un proceso abortivo, aunque no es extraño que, llegados a este punto, logren alcanzar el periodo de eclosión, la salida del huevo. En casos más puntuales, el individuo originado por partenogénesis logra salir adelante. La gallina virgen ha engendrado;)


La sexología de la colmena;)

Un caso particular es el de insectos como las hormigas y, especialmente, abejas.

Los huevos puestos por la reina se desarrollan independientemente de que hayan sido o no fecundados (por los machos, claro). En este tipo de especies la presencia o no de partenogénesis determina, además, el sexo de la prole. De aquellos huevos que cuenten con el material genético del "padre", saldrán abejas "hembras", mientras que los que se desarrollen por partenogénesis darán lugar a los "machos", los zánganos, peculiares abejas haploides (con la mitad de cromosomas que cabría esperar en el resto de la especie, con células diploides).

Las curiosidades de la reproducción de las abejas van más allá. La reina, tras copular con hasta 14 zánganos, puede "guardar" los flujos germinales de los machos y "administrar" la fertilización de unos y otros huevos para determinar nacimientos de más zánganos, por partenogénesis, o abejas hembras obreras. Estas serán, no obstante, infértiles, ya que la única abeja con capacidad reproductiva será la reina.


Más partenogénesis curiosas

Más casos de partenogénesis curiosas se dan en ciertos peces, donde el estímulo necesario para desencadenar la división inicial del huevo es la presencia de las células germinales del padre, que en contacto con el huevo femenino activan su desarrollo. ¡Ojo! La presencia del esperma del padre, que no la fecundación, ya que el material genético masculino no se incorpora al nuevo individuo-pez;)

También sorprende el caso de  los pulgones, esos bichitos que parasitan las plantas, que se reproducen por partenogénesis cuando hay alimento en el entorno y vuelven a la fecundación macho-hembra en la época de escaseza alimentaria.


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