No estás hecho de barro: Estás hecho de ceniza

De ceniza estelar, claro;) El Sol que te alumbra todos los días, el planeta que pisas y todo lo que ves en él fueron hechos a partir de la misma materia prima: Un montón de cenizas, escombros, restos y detritus de una estrella y, posiblemente, un sistema solar anterior. Y estos, a su vez, fueron creados de la basura resultante de la muerte de una estrella que existió aún antes que esta. Lo curioso de todo esto es que, sin que varias estrellas crearan basura y cenizas tras consumirse en el espacio, hoy no podrías estar aquí, leyendo esto, ni la vida triscar como trisca por el planeta adelante.
Nebulosas como estas muestran la nube de gas y polvo que desprende una estrella cuando muere y explosiona. En el centro, sobrevive el núcleo más denso de la estrella original.

Polvo de estrellas
Nube de gas y polvo visible en la constelación de Orión. De regiones como
esta nacen estrellas, cuya luz es bloqueada por la propia nube, haciendo
visible esta en el oscuro espacio. Esta, en concreto, recibe el nombre de
"Nebulosa de la Cabeza de Caballo", por su particular forma;)
El Sistema Solar en el que se encuentra la Tierra girando alrededor del Sol y tú sobre ella;) se creó hace unos 4.600 millones de años a partir de una nube de gas, polvo y “detritus” cósmico. Muy probablemente, todo ello restos de una estrella y hasta un anterior sistema solar que explosionaba tras agotar su vida cósmica en una supernova, esparciendo sus restos por el espacio.

Mucho tiempo después, esta y otra basura cósmica comenzó a ser concentrada por la atracción de la gravedad, lentamente. Empezaron a chocar los cachos entre ellos, y de la región más densa, donde estaban los cachos mayores y donde más trozos había;) se formó un cuerpo cada vez mayor. En un momento dado su tamaño y densidad fue tal que, bajo una fuerte presión, comenzaba en su interior una reacción nuclear que hacía que el cuerpo comenzara a emitir luz y calor: Había nacido el Sol.
Los pedruscos de una nube de gas y polvo se van agrupando en cuerpos cada vez mayores, hasta desatar las reacciones nucleares en una estrella y formar cuerpos mucho menores, como planetas.

Todavía siguieron largos cientos de miles de años en los que cada vez más materia colisionaba con el Sol y continuaba acrecentando su tamaño. A su alrededor, cuerpos suficientemente grandes, distantes y con la velocidad justa, fueron regularizando sus órbitas, mientras comenzaba un lento proceso de enfriamiento. Habían nacido los planetas.


Un Sol de tercera generación

¿A qué viene todo este rollazo? Bueno, pos a que ahora ya sabes que el origen del Sol, Tierra y todo lo que hay en ella (tú, por ejemplo;) nacisteis a partir de una nube de basura común. Pero hay mucho más: La estrella esa que explotara para, a la larga, permitir la formación de un nuevo Sol, el nuestro, ya estaba formada, a su vez, por los restos de una estrella anterior.

Vale, ahora también conoces que el Sol que ves nació de la basura de dos estrellas anteriores. Esto dicho chulamente, pa quedar bien por ahí;), equivale a decir que el Sol es una estrella de tercera generación. Como los móviles!;)

Y si existe vida alrededor de esta “tercera estrella” es, justamente, gracias a que fue la tercera y no, por ejemplo, la primera. ¿Cómor?;)


Basura, rica basura

Pos sí. Al principio, no había nada. ¡Manda leches!;) Ya sabes por otros post, que el momento en que nacen el tiempo y comienza a desplegarse el espacio se conoce como Big Bang y ocurrió hace unos 15.000 millones de años. Es ese momento en que todo nace de un punto más pequeño que la “o” de la palabra “pequeño” que acabas de leer, y comienzan, lentamente, a crearse los primeros átomos, esas unidades mínimas de las que están hechas todo lo que ves, y que también puedes repasar en el post “Todo ¡Todo es hueco!”.

Estos primeros átomos siguieron el modelo más sencillo de los existentes y fueron átomos de Hidrógeno, con único electrón y un protón. Lógico: Es más sencillo empezar así que creando el Carbono, base de la vida y de tu estructura biológica, que cuenta con 6 electrones y otros tantos protones.

Entonces, si todo era Hidrógeno al principio, ¿cómo leches se crearon los demás elementos, entre ellos nuestra base de Carbono? ¡Tate! ¡En el interior de las estrellas!

Las primeras estrellas eran todo ellas hidrógeno. El mecanismo nuclear que produce la energía radiante de luz y calor de una estrella que brilla transforma, a grandes rasgos, el hidrógeno en helio, que es el segundo elemento más simple: Dos electrones y dos protones. Lo que “sobra” de esta reacción se desprende de la estrella y es lo que hace que brille y que caliente, por entendernos.

Puede decirse, pues, que el Helio es el resultado del brillo de la estrella, o que el Helio es la ceniza de “quemar” hidrógeno, siguiendo con la misma analogía. Tanto es así que la estrella entra en su última fase o fase de muerte cuando agota su combustible de hidrógeno, ese gas primigenio.

Todavía reacciones más complejas, aunque a menor escala, degradan el helio en Litio, con tres electrones y tres protones, y el litio, en Berilio, con cuatro electrones y cuatro protones, y así sucesivamente hasta crear el resto de elementos que existen y que agrupamos en la Tabla Periódica. ¡La mayor parte de los elementos se crearon en el interior de las estrellas!

Sin embargo, la vida de una estrella es finita. Los soles de la primera generación murieron antes de que se creasen cantidades importantes de muchos de los elementos existentes hoy día. ¡Que hoy haya el suficiente Carbono y demás elementos que permiten la vida, es fruto del trabajo de dos estrellas anteriores al Sol!

Por supuesto, aún hoy día, con estrellas de tercera generación, el carburante base sigue siendo el hidrógeno, que, junto al helio, forman el grueso, más del 90%, de la composición de una estrella, esas calderas generadoras de rica y heterogénea basura o ceniza;)

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